Un
cálido día de primavera, mi hermano José Miguel y yo bajamos a
jugar al jardín. Unos minutos después, José Miguel se encontró un
pollito entre los rosales del jardín con palomas observándole desde
la rama de un árbol, así que les tiré un balonazo que hizo volar
miles de plumas en el aire.
Decidimos
salvar al pollito, porque si no se pincharía con las espinas del
rosal. Me metí en la planta para cogerlo cuando rápidamente saltó
a otra rama, así que me fui para la otra rama, lo volvió a hacer
otra vez, y yo lo seguí, y así una vez, y otra, y otra…etc ,
hasta que ya me harté porque yo salí del rosal que parecía una
fuente de sangre por las rodillas y mi hermano estaba allí tan
tranquilo mirándome y riéndose.
Lo
intentó mi hermano y, tampoco pudo. Metí la mano a ver si así lo
atrapaba pero en lugar de eso, me llenó la mano de picotazos.
Cuando
llegó mi padre nos preguntó qué estábamos haciendo, así que se
lo explicamos. Cuando se lo contamos se rió. José Miguel y yo le
miramos como diciendo:
¿De
qué se ríe éste?
Entonces,
mi padre subió a la casa, y se bajó con una mini red de pescar. Mi
hermano y yo nos preguntamos para qué sería. Enseguida lo supimos.
Vamos,
¡Qué acabé llena de heridas cuando lo que podría haber hecho era
coger una mini red y atraparlo!
Bueno,
la próxima vez que pase algo así, creo que ¡me
acordaré
de decírselo antes a mis
padres!.
Mª
Estrella Soria Ramos
Autora
Olvidé mencionar una cosa, esto nos pasó a mi hermano y a mí de verdad.
ResponderEliminarPollito travieso...( de élite)
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