EL
FANTASMA
Un
día de enero en la tranquila casa de los Pérez, Juan, el hijo
pequeño, estaba haciendo los deberes cuando sonó un ruido extraño.
Extrañado, un momento, se acercó al lugar de donde sonaba los
ruidos. Estaba crujiendo la antigua calefacción oxidada del cuarto.
Juan no se lo podía creer, ¡esa calefacción nunca había
funcionado antes! Decidió acercar la oreja y se quedó de piedra al
descubrir que desde la tubería algo o alguien emitía un sonido
extraño.
Un
momento después el mismo ruido se convirtió en una voz grave que
decía: gira, gira,… Extrañado, Juan intentó darle vueltas al
antiguo mando de la calefacción. Al principio no pasó nada, pero,
en un momento, salió un humo verde que tomó forma humana. Su tamaño
era como de dos metros y no tenía un aspecto muy amigable. Pasado
unos segundos, el fantasma se movió con ganas de atrapar a Juan. Se
quedó paralizado por el miedo y no podía reaccionar. Quería huir
pero su cuerpo no respondía. Notaba que su mente se quedaba en
blanco y que se iba a desmayar de un momento a otro…
Justo
cuando ya no veía nada, este se esfumó como si alguien hubiera
abierto una ventana de repente. Cuando el humo se disolvió sólo
pudo ver la cara de su hermana Sonia que asustada había cerrado la
calefacción.
A
partir de ese día, Juan comenzó a querer más a su hermana y jamás
se volvió a quejar del frío que hacía en su cuarto.
Juan
Fernando
¡Menos mal que su hermana Sonia había cerrado la calefacción!
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